Ciudades como Barcelona o Madrid reportan anualmente más de mil denuncias a la Policía Nacional por hurtos realizados por carteristas. Además del daño emocional y patrimonial que genera en las víctimas, este delito también afecta a la imagen turística de todo un país. Más allá de lo que las fuerzas de seguridad puedan hacer, es recomendable tomar una serie de medidas a nivel personal en base a la siguiente información.
¿En qué consiste el carterismo?
Estamos hablando de una técnica delictiva considerada hurto que incluye el robo de carteras de bolsillo, pero también otros enseres como móviles alojados en bolsillos de chaquetas o bolsos.
A diferencia del concepto de “atraco”, el carterismo no utiliza la intimidación ni la violencia. Por esta razón el delito se considera un hurto y las penas a aplicar son mucho menores que los robos con fuerza.
Además, el carterismo se caracteriza también por centrarse en robos de pequeña cuantía. Dependiendo del país, superar una cantidad de dinero determinada elevaría el hurto de falta a delito.
¿Cómo es un carterista?
A diferencia de otros delincuentes, los carteristas hacen todo lo posible por no aparentar serlo. De hecho, en grandes ciudades suelen confundirse con turistas o, incluso, con trabajadores dependiendo de las horas del día en las que operen.
Contrariamente a lo que se espera de los delincuentes, estos en concreto no suelen ir armados. En caso de ser localizados por la policía, portar armas les podría acarrear una sanción mayor. Y, cuando un carterista es descubierto por su víctima, tiende a escabullirse lo más rápido posible.
¿Cómo detectar un carterista?
Como decíamos antes, estos individuos buscan siempre pasar lo más desapercibidos posible. Por ejemplo, en el metro y zonas muy turísticas, las personas con más posibilidades de ser carteristas son las que aparentan ser turistas, pero con una serie de características:
- Suelen llevar sombreros o gorros para ocultar su rostro a las posibles cámaras que les puedan grabar.
- También portan bolsos grandes donde poder guardar disimuladamente las carteras y objetos que hurtan.
- Encima de los bolsos o bajo el brazo pueden llevar una chaqueta, abrigo o un periódico para ocultar las manos y el objeto hurtado. A este recurso se le llama “muleta”.
Además de estas características, cada día hay más delincuentes de género femenino y, en el caso de España, mayormente de otras nacionalidades. Españoles o no, por lo general, el carterista se acerca mucho a la gente, tanto en espacios cerrados como abiertos.
Por último, en el caso de viajar en el metro o en un autobús, los carteristas no suelen apoyarse en las paredes o sentarse, sino que prefieren permanecer cerca de las puertas donde se aglomera más gente y es más fácil realizar el hurto.
¿Cómo evitar el carterismo?
De lo dicho anteriormente se pueden inferir varios hábitos para evitar ser robado por un carterista. De forma más concreta, estos son los más importantes:
- En lugares muy concurridos, es importante evitar acercarse demasiado a la gente.
- Nunca llevar la cartera o el móvil en bolsillos exteriores o visibles.
- En momentos de aglomeración, poner toda la atención en los enseres personales y en su ubicación.
- En caso de llevar bolso o carteras grandes, es importante que siempre estén cerrados.
- Incluso en espacios donde no haya mucha gente, prestar atención a los enseres cuando alguien nos pregunta. Puede estar distrayéndonos para que otra persona realice el hurto por detrás.
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¿Dónde suelen robar los carteristas?
De forma general, el carterista busca espacios donde haya mucha gente y permanezca parada una cantidad de tiempo suficiente para realizar el hurto. Algunos de sus lugares preferidos son:
- Los transportes públicos cuando más flujo de personas hay.
- Colas de eventos como partidos de fútbol o conciertos.
- Suelen robar en supermercados o tiendas concurridas.
- Mercadillos callejeros o rastros, especialmente los más turísticos.
- Calles, plazas y otros espacios urbanos masificados.
- Playas o piscinas públicas.
- Manifestaciones, marchas y actos reivindicativos similares.
- Zonas de espera en aeropuertos, estaciones de tren o de autobuses.
- Establecimientos como salas de juegos o casinos.
Tipos de carteristas
Los carteristas se dividen en distintos tipos y pueden operar solos o en grupo.
Los que se hacen pasar por turistas
Son los más comunes y se mueven en los transportes públicos, en zonas de afluencia turística e incluso en hoteles, haciéndose pasar por residentes. Dentro de esta categoría, por método o lugar del robo, se podrían incluir los siguientes:
- Los del metro, que operan solo o acompañados en los suburbanos.
- Quienes utilizan pinzas para sustraer los objetos robados.
- Carteristas que usan pequeños cuchillos, cuters y otros objetos afilados para rasgar bolsos o bolsillos.
- Los comunes en playas, restaurantes y hoteles. Su estrategia es esperar al descuido de la víctima para sustraerle sus pertenencias. Suelen llevar “muletas” para ocultarlas.
Técnica de distracción
Esta novedosa técnica les ha dado nombre. La estrategia es acercarse a personas mayormente mayores y en espacios concurridos. En la operación actúan al menos dos personas: una distrae a la víctima y la otra realiza el hurto.
Suplantadores de identidad
En cuanto a los “suplantadores”, el modus operandi es similar: hacerse pasar por alguien distinto. Sin embargo, en lugar de operar en el exterior o en cafés y centros comerciales, se centran en los domicilios. Es muy común que suplanten a los lectores del gas, técnicos de operadores telefónicos y otros profesionales que pueden tener acceso a las casas. Una vez dentro, en un descuido de los propietarios, realizan el hurto.
Dependientes del alcohol
Pueden utilizar cualquiera de los métodos citados anteriormente, pero lo hacen con personas que han ingerido grandes cantidades de alcohol. Así, se suelen mover por la noche en días festivos. Pueden robar en autobuses, en el metro, en discotecas o en la propia calle.
